El elefante despertó de su letargo, lentamente, como un tren que sale de la estación, se incorporó. Miró a los lados y dió la vuelta hacía atrás. caminó en reversa tres pasos y se dejó caer.
Después de un par de horas, pensó: que bueno es estár vivo, oler, observar, tanto alrededor, cuántas ideas, cuánto arte... ¿Pero, hasta cuándo?
Oscar Plazola
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